lundi 6 février 2012

Retratos de la Realidad Cubana


Cubana en su cocina a la hora del invento
Ayer logré vender tres libras de chícharo y hoy tengo dinero para comprar el arroz del día y un par de onzas de aceite para freír el huevo que vengo guardando desde hace unos días; sin embargo he caminado bajo el sol ardiente desde esta mañana y aún no encuentro nadie que me venda la “grasa”; no es fácil!... 

 Así transcurre el día de Marta, una de las tantas cubanas encargadas de preparar su comida y por supuesto la de su familia. 

El pan de a medio guardado con trabajo del día anterior y una coladita de café, es una realidad aún en los desayunos de muchas casas. La preocupación de qué echar en el caldero al medio día y que alcance para por la noche, sigue siendo una constante en la mente de esas mujeres.

Un salario básico de 225 pesos cubanos equivalentes a 8 euros mensuales no le es suficiente a Marta para pagar el agua, la electricidad, el gas, calzar, vestir y alimentar a su hijo de 10 años; y es que aunque cuente con el pago de Pedro, su esposo, profesor de física de una escuela secundaria básica, el dinero seguirá siendo poco. 

Y es que de los 355 pesos 40 centavos que recibió Pedro este mes, él y su esposa solo verán a penas la mitad pues cada mes y durante cinco años el banco de la República de Cuba le descontará el televisor PANDA y el refrigerador HAIER que el sistema de Castro le cambió por sus equipos rusos, no por viejos, sino por ser considerados altos consumidores de energía eléctrica y como parte de un programa de ahorro de electricidad en el país, del cual el mayor beneficio no creo haya sido para los particulares.

Hoy Marta y Pedro tendrán que hacer esfuerzos dobles, triples y hasta más, pues ellos no tienen a nadie que les envíe dinero del extranjero y son víctimas de un sistema social que divulga equidad e igualdad plena pero eso sólo será a la imagen mundial, pues el gobierno de Castro esconde a Cuba detrás del embargo estadounidense para que el pueblo no avance verdaderamente… (Continuará)

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jeudi 2 février 2012

Despiden los hermanos Castro a Sara Gonzáles

Así es Raúl: a todos nos llega el momento!

Rosas amarillas y rosadas enviaron los hermanos Fidel y Raúl Castro para acompañar las cenizas de Sara González, quien fuera de ellos esa fiel y gran revolucionaria. 

Otra pérdida cultural y también política para el gobierno castrista puesto que con la muerte a los 60 años de la cantautora habanera, la Revolución ha perdido a una de sus más activistas revolucionarias.

Desde pequeño escuché su retumbante voz que comzenzó a identificar miles de actos, mítines y tribunas políticas que sin dudas, más que su propio registro vocal,  fueron esos eventos la clave para su éxito personal.

De acuerdo con el sitio digital Cubadebate, González murió en la tarde de este miércoles, tras varios meses de una intervención quirúrgica en el colon. La artista es considerada como integrante del Movimiento de la Nueva Trova y compartió el escenario en múltiples ocasiones con sus compatriotas Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, entre otros aprovechadores del sistema de Castro.

"La muerte es el remedio de todos los males...", dijo el comediógrafo francés Molière; entonces señora Sara, con todo el respeto a la vida humana, usted ya tuvo su dosis y es la misma que un día tendrán sus colegas en el poder y será el remedio a los males nuestros...

Y todos también enviaremos rosas, pero de verdadera victoria, y me recordaré de usted, porque estaré ahí por mi Cuba libre... presto a luchar, a continuar!!

dimanche 15 janvier 2012

Generación con miedo

Pioneros cubanos en matutino
Se acabaron los días en que pasaba horas enteras durante mi trabajo en los medios de prensa escribiendo artículos para resaltar la labor revolucionaria. Muchas veces el dolor de cabeza era la etapa final del trabajo luego de tener que "darle vueltas al asunto" y lo malo decirlo más bonito o ni siquiera hacer referencia.

Cada año la misma crónica para las efemérides, solo se trataba de cambiar el aniversario 45 por 46 o 50 por 55 y guardar el mismo contenido político lleno de frases y perífrasis de nuestros dirigentes, que designados o no por el pueblo,  igual han llegado al poder.

Crecí como mis compañeros, sin a penas reflexionar si estaba bien o mal pararse en un matutino a leer el discurso preparado de la maestra o que algún vecino me ayudo a redactar agradeciendo los logros de la Revolución y criticando a muerte a los yanquis americanos...

Crecí con el miedo de tener una "mancha en el expediente" en la escuela primaria por haber olvidado en casa mi pañoleta azul o roja, símbolo de la Patria; o no poder entrar a clases por no tener el sello de los colores de la bandera y la firma del Che Guevara que me acreditaba como estudiante de la secundaria básica... ¡Han pasado esos años ! No porque Cuba haya cambiado, sino porque he crecido y ya no vivo en ella.

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